La nueva ley de autónomosaprobada por el Congreso establece una regla objetiva para que el profesional que trabaja en casa pueda deducirse en el IRPF los suministros como luz, gas, agua o internet. En concreto, la legislación establece que será deducible «el resultado de aplicar el 30% a la proporción existente entre los metros cuadrados de la vivienda destinados a la actividad respecto a su superficie total, salvo que se pruebe un porcentaje superior o inferior».